
“Este subsidio me permitió llevar a cabo la investigación de un material compósito que tuvo una excelente respuesta para la detección de plomo (Pb²⁺) en agua de consumo humano, un contaminante que genera un impacto negativo en la salud y en el ecosistema”, aseguró Diana Arciniegas Jaimes, una de las y los 14 investigadores seleccionados en la convocatoria 2024 de los subsidios “Mabel Yudi”.
Desde 2023, este programa financia con recursos propios de la Facultad de Ciencias Químicas (UNC) a investigaciones de jóvenes que necesitan apoyo en las etapas iniciales de su carrera científica. El 17 de noviembre, la decana Silvia Correa entregó los diplomas a quienes fueron seleccionados en la convocatoria 2025, alcanzando así un total de 40 subsidios otorgados desde los inicios de este programa, coordinado por la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SECyT) de la Facultad.
En el caso de Diana Arciniegas Jaimes, su tema de estudio fue el “Diseño de plataformas nanoestructuradas para la detección de contaminantes en aguas”. Tras ser seleccionada el año pasado, a lo largo de 2025, trabajó colaborando en el desarrollo de la tesis doctoral de Juan Martín Chierici y bajo la dirección de Omar Linarez Pérez en el Laboratorio de Diseño, Síntesis y Caracterización de Materiales Nanoestructurados para Aplicaciones Nano(bio)tecnológicas-Grupo 25, del Departamento de Fisicoquímica y el Instituto de Investigaciones en Físicoquímica de Córdoba (INFIQC).

En este proyecto, los electrodos compósitos mostraron alta sensibilidad, reproducibilidad y estabilidad para detectar iones de metales pesados como Pb²⁺ y algunos interferentes comunes en la detección y cuantificación de plomo por métodos electroquímicos, como las especies de cadmio (Cd²⁺) y cobre (Cu²⁺). El tiempo de preconcentración permitió ajustar la sensibilidad y el límite de detección, alcanzando los estándares que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el agua potable.
La detección de plomo tiene gran impacto en el tratamiento de las aguas y el cuidado de la salud humana. Las caracterizaciones de nanoestructuras realizadas por Arciniegas para obtener plataformas que puedan servir como sensores electroquímicos de plomo en agua -a partir de la combinación de dióxido de titanio (TiO₂) y óxido de grafeno reducido (rGO)- permitirán avanzar con futuras innovaciones en este campo.
Según la investigadora, “la combinación de estos elementos representa un diseño crítico para aprovechar estos materiales, compitiendo con electrodos usados como los del carbono vítreo, ya que proporcionan superficies controladas y reproducibles”. La reducción en el número de componentes también permite minimizar los efectos resistivos debido a múltiples contactos eléctricos y caminos conductores.

Otra científica que logró avances con estos subsidios fue Victoria Occhieppo. La becaria posdoctoral estudió la “Caracterización de efectos sobre el sistema nervioso del gorgojo del maíz y la rata, generados por dos compuestos volátiles naturales y su combinación con un insecticida sintético”. Occhieppo trabajó en los laboratorios del Departamento de Farmacología Otto Orsingher y del Instituto de Farmacología Experimental de Córdoba (IFEC), bajo la dirección de Claudia Bregonzio.
Su estudio se centró en los efectos de los aceites esenciales conocidos como eugenol y trans-cinamaldehído sobre el sistema nervioso de roedores. “Desde hace pocos años, ambos compuestos naturales están siendo considerados en la búsqueda de nuevas metodologías para proteger los granos almacenados de los daños ocasionados por las plagas debido a su biodegradabilidad y baja toxicidad para los humanos”, explicó la investigadora.
Los aportes de este proyecto están orientados a encontrar nuevas formas de reducir los daños de las plagas en los cultivos a través del uso racional y eficiente de insecticidas que combinan compuestos naturales y sintéticos, logrando también disminuir el impacto ambiental. La científica indicó que, mediante el test conductual de atracción/repelencia por olfato en ratas Wistar, junto a su grupo pudo evidenciar que los aceites esenciales tienen un efecto repelente en estos roedores, similar a lo observado en insectos.
Esta investigación también se destacó por su carácter inédito, ya que no existen evidencias previas en la bibliografía sobre los posibles efectos de estos aceites esenciales en el sistema nervioso central de roedores. “Nuestros resultados constituyen una punta de ovillo clave para la búsqueda de nuevas estrategias agroecológicas, así como otros potenciales usos sobre el cerebro de mamíferos”, sostuvo Occhieppo.
Al igual que otros y otras colegas, la investigadora de la FCQ resaltó la importancia del subsidio “Mabel Yudi” para alcanzar estos resultados e impulsar su carrera como científica. “Agradezco a la Facultad por haberme brindado estos fondos que permitieron responder a un objetivo clave para avanzar en mi posdoctorado”, dijo.

Nuevas líneas en desarrollo
En la convocatoria 2025, otras 14 investigadoras e investigadores accedieron a fondos para comenzar a desarrollar nuevas líneas de investigación en laboratorios de la universidad pública durante 12 meses, a partir de octubre pasado. La Facultad dispuso la entrega de $450 mil por cada proyecto, los cuales serán desembolsados en 2 cuotas semestrales, tras cumplir con los procedimientos para la ejecución y rendición contable.

Entre las y los científicos seleccionados, Maximiliano Ríos trabajará en el “Desarrollo de un modelo de generación de progenitores neurales de retina inducido por luz azul de baja intensidad, a partir de la línea celular humana de glía de Müller MIO-M1”. Ríos destacó la importancia del subsidio para seguir buscando avances desde las neurociencias en los estudios de la retina, con el fin de abordar patologías que afectan a la visión. Su proyecto incluirá el empleo de robótica para hacer fotomodulación en distintos cultivos, bajo diferentes condiciones lumínicas.

“A nivel mundial, cerca de mil millones de personas sufren algún trastorno de visión, y el 90% de ellas está en países con bajos ingresos. En mi caso, utilizo células gliales de la retina mediante fotomodulación para poder diferenciarlas en perfiles neuronales con posibles aplicaciones en la terapia”, explicó el doctor en Ciencias Químicas.
Por su parte, Paula Subirada Caldarone destacó la importancia de estos aportes para poder estudiar qué pasa durante el ojo seco, cómo se establece el daño a nivel ocular y cómo el dolor persiste aun en ausencia de estímulo. El título de su proyecto es “Hiperalgesia corneal en la enfermedad de ojo seco: participación del receptor p75NTR”.

Dentro de la técnica conocida como la Espectroscopía de Plasma Inducido por Láser (LIBS), Vincent Piscitelli Spiniello trabajará en la obtención de distintos espectros de emisiones atómicas de muestras de interés antropológico y forense.
“Buscaremos unificar las partes espectroscópicas con los sistemas de redes neuronales y obtener así identificación de individuos. Los primeros estudios están pensados para trabajar con huesos antropológicos de guanacos. Los espectros que tendremos de esos animales nos permitirán identificar si estamos viendo un solo individuo o distintos individuos a través de la parte espectroscópica”, dijo Piccitelli Spiniello.

De este modo, y a pesar del desfinanciamiento que atraviesa el sistema científico tecnológico nacional, la Facultad sigue apostando por el desarrollo de su comunidad mediante nuevas herramientas que permitan fortalecer la excelencia de quienes se forman e investigan en sus aulas y laboratorios.

