Autoridades de la FCQ solicitaron a la UNC fondos de emergencia para gastos críticos de investigación

La Facultad de Ciencias Químicas (FCQ), de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), solicitó al rector Jhon Boretto que considere la implementación de fondos de emergencia para actividades de investigación críticas, destinadas a laboratorios, instalaciones y equipamiento de uso común, cuyo monto ronda los 30 millones de pesos.

Debido al desfinanciamiento de la ciencia argentina, la insuficiencia de fondos llevó a que, actualmente, en la Facultad de Ciencias Químicas más del 70% de las y los investigadores hayan aportado fondos personales para avanzar con el normal desarrollo de sus actividades científicas, según datos relevados por la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SECyT) de la Facultad. 

En lo que va del año, la comunidad científica de la FCQ ya adelantó fondos propios por un importe similar para evitar que los proyectos de investigación se detengan, mientras esperan que lleguen o se actualicen los subsidios comprometidos por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Técnica (Agencia I+D+i).

Ante esta situación, la solicitud busca resolver la delicada situación presupuestaria que atraviesan docentes, investigadoras e investigadores, la cual compromete décadas de trabajo e inversión en infraestructura y bienes de la Universidad pública, según se desprende del pedido enviado a mediados de agosto a las autoridades de la UNC.

La iniciativa fue acompañada por un informe de la SECyT de la Facultad, que refleja un relevamiento con directivos de los 7 Departamentos académicos y más de 110 responsables de subsidios/proyectos de investigación en la Facultad, quienes participaron de una encuesta electrónica.

“Nos encontramos con una situación más preocupante de la que pensábamos. Los números son de terror debido a la parálisis de fondos. La investigación siempre ha sido un fuerte de esta Facultad, y esta realidad nos exige no quedarnos de brazos cruzados porque hacer eso significaría la pérdida de millones de pesos. Detener una línea de investigación es grave, implica la pérdida de décadas, generaciones de grupos de investigación que llevan más de 30 años, por lo que es crítico”, advirtió el decano Marcelo Mariscal en la sesión del Consejo Directivo del 23 de agosto. 

Desfinanciamiento  

La FCQ cuenta con alrededor de 140 subsidios financiados por la Agencia I+D+i, la principal institución que solventa proyectos de investigación en el país. Esos fondos son fundamentales para el desarrollo de las líneas seleccionadas y el financiamiento de insumos y servicios que conforman la infraestructura donde se llevan a cabo. 

A partir de los datos del Programa de Evaluación Institucional (PEI) de la UNC que se viene ejecutando, el diagnóstico realizado por la SECyT permitió recopilar información para analizar con mayor profundidad los proyectos radicados en la Facultad, que son subsidiados por la Agencia.

Si bien estos subsidios se ejecutan en instalaciones de la FCQ, la institución beneficiaria es la UNC, ya que los contratos legales de los proyectos son firmados por el Rector y las autoridades de la Agencia. Dichos documentos establecen regulaciones y especificaciones para los gastos, que son auditados durante su ejecución, e incluyen cláusulas sobre las responsabilidades de ambas partes: la Universidad se compromete a llevar adelante la investigación, mientras que la Agencia asume el cumplimiento del financiamiento en tiempo y forma.

En los últimos 8 meses, la actividad de la Agencia I+D+i ha quedado casi paralizada, por lo que la mayoría de los subsidios no han recibido nuevos desembolsos o los fondos han sido enviados sin actualizaciones establecidas por contrato bajo la “cláusula del mejor presupuesto vigente”. Una situación similar atraviesan los proyectos financiados por CONICET. 

Debido a este desfinanciamiento de la ciencia argentina, las y los investigadores han aportado fondos personales para el desarrollo de sus actividades científicas, según datos relevados por la SECyT. 

“Hay equipos que ya han adelantado 500 mil pesos de sus bolsillos”, ejemplificó el Decano ante las y los consejeros. El objetivo es evitar lo que la comunidad científica teme desde hace meses: interrumpir o abandonar sus líneas de investigación, de las cuales también dependen las tesis de cerca de 400 estudiantes de posgrado. 

“Si bien es habitual adelantar fondos que luego son reembolsados por los subsidios, según el sondeo realizado, en la mayoría de los casos, hoy los fondos para reembolsos no están disponibles. Actualmente, los montos personales aportados por nuestros investigadores oscilan entre 100 mil y 2.500.000 pesos, lo que representa cerca de 35 millones de pesos”, describió Eva Acosta, a cargo de la SECyT.  

Prioridades que no pueden esperar

Con el fin de identificar las áreas críticas que requieren de más fondos, la Facultad realizó un diagnóstico entre sus líneas de investigación. Hasta el momento, más de 110 investigadoras e investigadores ya ofrecieron datos sobre la situación de ejecución de sus subsidios en este contexto de paralización de la principal institución financiadora a nivel nacional. La encuesta electrónica seguirá vigente durante varias semanas para continuar delineando la situación en esta unidad académica. 

Según el informe de SECyT, los principales gastos críticos se concentran en 3 áreas:

1 – Bioterios y animalarios para animales de experimentación: en la FCQ existen 5 animalarios que reúnen a una de las mayores colonias de animales modificados genéticamente del país. Sus requerimientos están destinados a alimento, alojamiento, mantenimiento y reparación de sistemas de climatización, filtración y extracción. Los animales son empleados para experimentos y servicios al sector productivo. 

2Cuartos de cultivo y criopreservación de células: en la Facultad funcionan 5 laboratorios de cultivo. En esos 300 metros cuadrados, las cabinas de bioseguridad requieren de filtros para evitar la eliminación de material infeccioso. A esto se le suman 10 termos de nitrógeno líquido para la criopreservación de una importante colección de líneas celulares valuadas en más de 20 mil dólares y otras muestras de origen humano. Los termos exigen la reposición regular de gas nitrógeno (N2).

3Gases e insumos críticos: resultan fundamentales para equipos como la Resonancia Magnética Nuclear, que requiere de helio y nitrógeno de manera constante; el Laboratorio de Energías Sustentables, donde se usan guantes que emplean gas Argón; y el destilador/desionizador de agua MiliQ. La planta productora de nitrógeno permite el acceso de este gas a toda la comunidad de la Facultad a precios diferenciales. 

El relevamiento realizado por la SECyT determinó un costo total superior a los 31 millones de pesos para las 3 áreas en los próximos 6 meses. En muchos casos, se trata de gastos críticos, ya que su funcionamiento no puede ser interrumpido o genera insumos para otros equipos, lo que demuestra la relevancia de lo advertido por la FCQ. 

Desde la Facultad se les solicitó a las autoridades universitarias que tomen como referencia para la solución de esta crisis la implementación de un sistema similar al Fondo de Emergencia para asistir a Unidades Ejecutoras de dependencias múltiples (UNC-CONICET), ejecutado en 2019.

“Hemos advertido esto a la UNC, al igual que otras unidades académicas. A partir del relevamiento, hicimos el pedido formal al Rectorado para la asistencia de emergencia durante los próximos 6 meses con el fin de cubrir estos gastos críticos. No pedimos fondos para hacer nuevos proyectos de investigación. Estamos solicitando partidas de emergencia y recursos para poder asegurar el funcionamiento de muchos espacios de nuestra Facultad. El sistema de ciencia está colapsado y no podemos quedarnos de brazos cruzados”, aseguró Mariscal.

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