Ciencia y Universidad pública: Lucas Sosa recibió subsidio internacional para estudiar Alzheimer en síndrome de Down

“Siempre tuve curiosidad por la ciencia, tal vez por mi abuelo Mario, con quien desde chico leía la revista Cosmos, y mi abuelo Pepe, en cuyo taller jugaba con los insectos”, cuenta Lucas Sosa, quien tras recibirse de médico y doctor en química en la Universidad pública, acaba de obtener un subsidio de la Alzheimer’s Association.

Lucas Sosa es docente-investigador del Departamento de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Químicas (UNC). Su proyecto estudiará la enfermedad de Alzheimer en relación al síndrome de Down a través de la proteína precursora amiloidea –que produce beta amiloide- y la tau fosforilada, ambas fundamentales en esta patología.

“Esta investigación es importante porque aún no se conoce con precisión la causa o el desarrollo en sí de la enfermedad, y más aún en personas con síndrome de Down, en las que el Alzheimer tiene un inicio precoz”, asegura el investigador del CONICET.

De Los Naranjos a Massachusetts

Este científico de 47 años es el primer egresado de la Universidad pública de su familia. Su madre es repositora en un café y su padre, operario de fábrica y chofer. Una clásica familia de trabajadores con el sueño de decir “mi hijo, el doctor”, y tras un largo camino de esfuerzo y sacrificios lo lograron.

En agosto de 2003, Lucas Sosa se recibió en la Facultad de Ciencias Médicas (UNC). En Argentina, aún se sentían los coletazos de la trágica crisis de 2001 y para el universitario era fundamental seguir activo. Su curiosidad por la ciencia, una vez más, lo guió.

Por entonces, un vecino de su barrio Los Naranjos, Fernando López Díaz, era becario doctoral en la FCQ y le comentó sobre la posibilidad de formarse en ciencias químicas. En esos diálogos tempranos, Lucas descubrió que los tiempos de la investigación científica son diferentes a los de la clínica médica, y le pareció un desafío interesante.

El científico en su laboratorio de la FCQ (UNC)-CONICET.

“Empecé en el Instituto Ferreyra y luego me sumé al grupo del doctor Santiago Quiroga, en el Departamento de Química Biológica de la Facultad. Su línea de investigación en el Centro de Investigaciones en Química Biológica de Córdoba (CIQUIBIC) me interesó mucho y así comencé a cursar el Doctorado en Ciencias Químicas de la FCQ”, recuerda el científico cordobés.

Tras doctorarse, llevó adelante un posdoctorado en Estados Unidos a través de la Universidad de Colorado, en Denver. En la actualidad, realiza su carrera de investigador en el Departamento de Química Biológica de la FCQ, donde también dicta las asignaturas biología celular y molecular y biotecnología.

En los últimos años, gracias a una beca externa de CONICET, también tuvo la oportunidad de formarse en un laboratorio de Massachusetts (Estados Unidos), donde aprendió técnicas para trabajar con células madre.

“Gracias a esa experiencia, regresé con una serie de conocimientos y herramientas científicas donadas por ese laboratorio con el fin de aplicarlas en la Facultad y presentar este tipo de proyectos. De este modo, se fue tejiendo un trabajo común porque, además del esfuerzo de uno, está la generosidad de estas instituciones”, explica Sosa quien dentro de poco tiempo pondrá en marcha el subsidio obtenido para estudiar proteínas de la enfermedad de Alzheimer en personas con síndrome de Down.

Lucas Sosa es docente-investigador del Departamento de Química Biológica y CIQUIBIC.

Apuesta a la ciencia argentina

El subsidio de la Alzheimer’s Association implica fondos a lo largo de 3 años por un monto total que ronda los 150 mil dólares. Se trata de una oportunidad única en el contexto actual de Argentina, donde el desfinanciamiento del sistema científico y tecnológico nacional viene afectando a la investigación en las universidades públicas.  

La trayectoria y la formación en las unidades académicas y centros de la Universidad Nacional de Córdoba fueron determinantes para poder acceder a este financiamiento internacional que, por lo general, resulta muy difícil de alcanzar.

Más allá de los reactivos, Lucas Sosa destinará parte de los 50 mil dólares anuales para abonar el salario de una becaria. “De este modo, el dinero también permitirá seguir formando gente, con el fin de que la comunidad científica de la Universidad pública de Córdoba continúe creciendo. Es una apuesta”, asegura.

Si bien los laboratorios extranjeros valoran la formación de quienes egresan de las universidades públicas argentinas y les invitan a seguir sus carreras en el exterior, algunos expertos como Lucas deciden apostar al desarrollo de la ciencia nacional.

“Siempre hay que seguir creciendo y tener presente la oportunidad que da la Universidad pública. Luego de un camino recorrido, del sacrificio e incluso tras la formación en el exterior, ahora uno tiene la posibilidad de devolverle al país esa oportunidad”, comenta el científico, quien sigue dejándose guiar por su curiosidad por la ciencia. Esta vez, para descubrir nuevas evidencias que le permitan a la sociedad encontrar respuestas a los desafíos de la enfermedad de Alzheimer.

Foto principal: gentileza UNCiencia.

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